Una inversión de 300 millones de euros no se anuncia todos los días, y menos aún durante una semana como la pasada, cargada de malos augurios. Aun así, la filial española de Orange tenía prisa por comunicar su intención de invertir esa suma durante los próximos cuatro años, para construir una red de fibra óptica FTTH en España. El plan contempla “pasar” con fibra 1,5 millones de hogares y empresas, y las primeras conexiones podrían llegar a tiempo antes de fin de año. Como mandan la regulación y los buenos modales, la compañía francesa declara que su iniciativa de infraestructura “estará abierta a la participación de otros operadores, llegando a la coinversión y los acuerdos comerciales”.
Según Jean-Marc Vignolles, consejero delegado de Orange España, “pese al difícil momento económico, hemos decidido dar un paso adelante que acelere la clarificación regulatoria y estimule a nuestros competidores a negociar acuerdos para desarrollar la fibra óptica hasta el hogar”. Un paso adelante parece sugerir que algo no se está moviendo con suficiente rapidez, o bien que Orange teme quedar subordinada a los planes de Telefónica, que recientemente ha anunciado un plan de despliegue en Madrid “con el objetivo de llegar a superar el 80% de hogares y sedes empresariales conectadas antes de fin de año”.
En el paisaje de la banda ancha fija en España, la FTTH desempeña un papel muy secundario. A finales de 2011, sobre un total de 11 millones de líneas activas, sólo 171.323 eran de fibra hasta el hogar (el resto, esencialmente, ADSL). En el primer trimestre ha habido un incremento, hasta 208.289 tenían líneas activas, según cifras de la CMT. La cuota de mercado de Telefónica es abrumadora: un 96%; otros operadores, entre ellos Orange, tienen una presencia testimonial: 8.472 líneas activas.
Las condiciones regulatorias son propicias para un despegue, aunque las económicas lo son menos. El mes pasado, la CMT modificó la normativa que rige los servicios EdS (entrega de señal) para que los operadores alternativos puedan utilizar los conductos y registros de Telefónica para tender su propia fibra. Las condiciones sobre el uso de la infraestructura del antiguo monopolio están determinadas en la reforma de la oferta MARCo, de conductos y canalizaciones. Según Samuel Muñoz, director de la unidad de negocio fijo de Orange España, hay cambios regulatorios pendientes, ya que la redacción actual hace complicado afrontar un despliegue FTTH masivo. “Esperamos un cambio positivo, acorde con el borrador de modificación de la oferta MARCo, que recibimos en marzo”. El texto, según Muñoz, recogería en parte las peticiones de Orange: posibilidad de emplear la subconductación textil para optimizar el espacio disponible en los ductos, flexibilización de cupos y agilización de plazos. Se supone que la resolución definitiva saldrá en las próximas semanas.
Además de los conductos y registros de Telefónica – para que los operadores alternativos tiendan fibra y lleguen hasta la central en la que están coubicados – la otra gran cuestión regulatoria atañe a las reglas de compartición de la infraestructura común dentro de los edificios, las así llamadas verticales. La CMT ha establecido la obligación de acuerdos simétricos entre los operadores, para darse mutuamente acceso a las verticales que construyan, en las mismas condiciones y sin discriminación. Ahí se encuentra el verdadero cuello de botella de acceso al cliente, y la clave de la coexistencia entre operadores que van a aplicar estrategias comerciales en competencia.
Hasta ahora, se han desarrollado las bases de un acuerdo técnico (tipo de cajas, cables y conectores a emplear), un acuerdo aún no firmado porque ha sido validado por Telefónica, Orange, Jazztel y Vodafone. Falta lo que tal vez sea más delicado, el acuerdo económico. En palabras de Muñoz, “ahora, con la existencia de un proyecto concreto y un compromiso de inversión por parte de Orange, se dan las condiciones para avanzar en esa negociación”.
Desde que la CMT desbloqueó la comercialización de la oferta FTTH de Telefónica con velocidades de hasta 100 megas, el operador ´incumbente` ha mostrado gran prisa por ocupar este espacio; consiguientemente, sus rivales no quieren que pase el tiempo sin reaccionar, y esto explica que también Orange se haya dado prisa. “A día de hoy – dice Muñoz – siendo Telefónica el operador que tiene más avanzado su despliegue, será el primero con el que trataremos de llegar a un acuerdo; esto no excluye al resto de los operadores, cuando tomen la decisión oportuna”. Por fin, tras años de retórica y falsos arranques, parece que ha llegado la hora de la fibra hasta el hogar.